viernes, 20 de julio de 2012

Sordo y firme

... Me siento para que el paisaje
prosiga sin sobresaltos,
su inmovilidad de terreno circular
balizado por sombras puntiagudas.
Me siento para oír las voces
que fueren surgiendo del olvido,
la esquiva y depurada espuma de los años.
El suelo frío aún alberga
la tibieza de huellas distantes,
remota caricia
en el cuerpo sin memoria de la tierra.
Mas nosotros -yo y los mudos
compañeros que viajan en mí-
lo escuchamos en los gestos
no premeditados de la piedra
y del árbol, en el rumoroso
murmullo del alto viento.
Algo sin voz grita
y en el eco se desdobla
sollozante, recuperamos
-recogiéndolo en la curvatura
amorosa de las manos en concha-
el residuo salino
de una humanidad perdida,
ralo fulgor entre los dedos vacíos.


Rui Knopfi
"Mangas Verdes com Sal"

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