domingo, 6 de noviembre de 2011

SOS desde el centro de la tierra

Clavada.
Abochornada.
Des configurada.
Encadenada al magma universal.
Callada como el féretro de un mártir.
Desorbitada.
Inconexa.

¡Quítenme este esparadrapo de la glotis!
Quiero, quiero, quiero
y no me dejan.
Necesito sacudirme los fantasmas.
Azuzarme los sesos.
Soledad a cuchilladas.
Nidos de musarañas.
Un grito ensordecedor.
¡Y a volar!

Soy intrusa en mí…
Soy un fardo  de hojas secas, de aquella Laura,
¿qué queda?
Un fardo de hojas secas
a la espera
de una implacable  ráfaga de tiempo.
Despilfarro de sequedad de las hojas de un árbol mutilado.
Savia podrida aguardando una erupción
Ilusoria.
Siempre lo han dicho.
Soy
Implosiva.

Quiero, quiero, quiero,
y no me dejan.
No basta una mudanza,
cuatro cajas de cartón mal apiladas
y un baúl desvencijado de recuerdos.
No basta.

Estos fantasmas intrusos
se han anudado a mi sexo y a mi visceromegalia.
¡Malditos polizones rasga-entrañas!
Necesito sacudirme estos fantasmas
de un plumazo.
Inspirar profundamente,
exhalar miedos, angustias, tempestades,
¡y a volar!

Siempre lo he dicho,
soy una “intro-metida”.
Más bien. Sí.

Una invaginación.

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